Jefe de la Sagrada Familia
Ruega por Nosotros
Jesús y María no sólo doblegaron sus voluntades ante la de José por ser la cabeza de la Sagrada Familia, sino que le entregaron amorosamente sus corazones.
— San Pedro Julián Eymard
Actualmente se desaprueba que se diga que un hombre es “cabeza” de la familia. Sin embargo, a Dios no le preocupa la corrección política. Él estableció a la familia y designó a los padres como cabezas de sus familias, pero eso no significa que los hombres sean mejores que las mujeres. La persona humana más grandiosa que jamás haya vivido no fue un hombre sino una mujer: María, la Madre de Dios (Jesús es una Persona divina). Tanto Jesús como María se sentían felices de que San José fuese la cabeza de su hogar.
¿Por qué actualmente tantas personas se sienten ofendidas por esta terminología? Tristemente, muchas veces se debe al hecho de haber sido emocional, física o sexualmente abusado por una figura paterna. Este tipo de abusos rompe el corazón de Dios. Sin embargo, la crisis de la masculinidad se puede corregir si los hombres comienzan a imitar a San José. Su paternal ejemplo muestra que la fortaleza, autoridad y liderazgo deben estar al servicio de los demás.
En José, los jefes de las familias son bendecidos con el inigualable modelo de los cuidados y la vigilancia paternal.
— Papa León XIII
LOS ESPOSOS Y LOS PADRES TIENEN QUE IMITAR A SAN JOSÉ
Las familias de todo el mundo experimentarán una revolución de santidad si los esposos imitan a San José. Pasajes importantes del Nuevo Testamento ya no se verán como ofensivos sino como dadores de vida.
Sométanse los unos a los otros, por consideración a Cristo. Las mujeres deben respetar a su marido como al Señor, porque el varón es la cabeza de la mujer, como Cristo es la Cabeza y el Salvador de la Iglesia, que es su Cuerpo. Así como la Iglesia está sometida a Cristo, de la misma manera las mujeres deben respetar en todo a su marido. Maridos, amen a su esposa, como Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella, para santificarla. El la purificó con el bautismo del agua y la palabra, porque quiso para sí una Iglesia resplandeciente, sin mancha ni arruga y sin ningún defecto, sino santa e inmaculada.
— Ef 5, 21-33
Del mismo modo, los maridos deben amar a su mujer como a su propio cuerpo. El que ama a su esposa se ama a sí mismo. Nadie menosprecia a su propio cuerpo, sino que lo alimenta y lo cuida. Así hace Cristo por la Iglesia, por nosotros, que somos los miembros de su Cuerpo. Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y los dos serán una sola carne. Este es un gran misterio: y yo digo que se refiere a Cristo y a la Iglesia. En cuanto a ustedes, cada uno debe amar a su mujer como así mismo, y la esposa debe respetar a su marido.
HAZ QUE SAN JOSÉ SEA CABEZA ESPIRITUAL DE TU FAMILIA
Obtén una estatuilla o una hermosa imagen de San José para tu hogar. Colócala en un lugar importante y, en familia, invoca frecuentemente la intercesión de San José. Verás la diferencia que hace este gran santo.
Queridos hermanos y hermanas, esposos y padres, el sacramento que los une, los une en Cristo. Los une con Cristo. «¡Gran misterio es éste!» (Ef 5, 32). Dios «les dio su amor». Viene a ustedes, está presente en medio de ustedes y habita en sus almas, en sus familias, en sus casas. Lo sabía muy bien san José. Por eso, no dudó en encomendarse a Dios él mismo y a su familia. En virtud de ese abandono, cumplió a fondo su misión, que Dios le confió con respecto a María y a su Hijo. Sostenidos por el ejemplo y la protección de san José, den ustedes un testimonio constante de entrega y generosidad.
— San Juan Pablo II
Lectura
La Santa Casa de Loreto
¿Alguna vez alguien ha visitado Loreto y que no haya visto con sus propios ojos y escuchado con sus propios oídos las poderosas obras de Dios y las haya sentido en su propia alma?
— San Pedro Canisio
La casa más sagrada del mundo está en Italia.
Lo leíste bien. Solía estar en Tierra Santa, pero fue reubicada.
La casa familiar de Jesús, María y José se localiza en el pueblo de Loreto, Italia. ¿Cómo llegó allá? Bueno, lo que estás a punto de leer es la verdadera historia de cómo la casa de la Sagrada Familia en Nazaret fue transportada a Italia por los Ángeles. La historia es tan fascinante, que probablemente quieras ir a Loreto después de leerla.
Según los historiadores, la casa de la Sagrada Familia permaneció en Nazaret durante 13 siglos. Después, el 10 de mayo de 1291, ¡de pronto desapareció! Lo único que quedó de la casa fueron sus cimientos.
Toda la comunidad de Nazaret se dio cuenta de la repentina desaparición de la casa y quedaron absolutamente estupefactos, ya que resultaba imposible que una persona o grupo de personas hubiesen removido la casa tan rápido sin que nadie se hubiese percatado de ello.
Según la tradición, la Santa Casa fue transportada fuera de Nazaret por los Ángeles. En los reportes de sus experiencias místicas, la Beata Ana Catalina Emmerich habló sobre la transportación angélica de la casa, afirmando:
He visto muchas veces el traslado de la Santa Casa a Loreto. Yo no lo podía creer, a pesar de haberlo visto varias veces en visión. La he visto llevada por siete ángeles que se cernían sobre el mar con ella. No tenía piso, y en lugar de suelo tenía un fundamento de luz y claridad. Por ambos lados tenía como agarraderas; tres ángeles la sostenían por un lado y tres por el otro para llevarla por los aires. Uno de los ángeles volaba delante arrojando una gran estela de luz y resplandor.
¡Verdaderamente fascinante! Lo que la Beata Ana Catalina no observó en sus visiones, sin embargo, es que los Ángeles primero llevaron la Santa Casa de Nazaret al pueblo de Trsat, parte de la ciudad de Rijeka en la actual Croacia, que en ese tiempo se conocía como Iliria o Dalmacia. ¿Por qué los Ángeles la llevaron allí, y cuál habría sido el motivo de moverla del todo?
La Santa Casa fue reubicada en 1291, y la razón por la cual los Ángeles la transportaron fuera de Nazaret se supo claramente tres años después. En 1294, todo el pueblo de Nazaret fue saqueado por los invasores musulmanes. Si la Santa Casa hubiese permanecido en Nazaret, los musulmanes la habrían destruido por completo. Dios anticipó el acto sacrílego y envió a sus santos Ángeles a reubicarla en otro lugar.
A lo largo de los siglos, Dios ha usado a personas tales como Santa Elena para reubicar reliquias (objetos santos asociados con Jesús, María y los santos) de Tierra Santa a lugares más seguros. San Juan Henry Newman alguna vez visitó la Santa Casa, dando un argumento muy profundo sobre su reubicación. Escribió:
Aquél que hizo flotar el Arca (de Noé) sobre el oleaje de un mar que cubría toda la tierra y encerró en ella todas las cosas vivientes, que ha ocultado el paraíso terrenal, quien dijo que la fe podría mover montañas, quien sustentó a miles durante cuarenta años en un desierto estéril, quien transportó a Elías y lo mantiene oculto hasta el final, también pudo hacer esta maravilla. Y, de hecho, podemos ver todos los demás registros de Nuestro Señor y sus santos reunidos en el corazón de la cristiandad desde los confines de la tierra mientras el paganismo lo invadía (es decir, sus reliquias). San Agustín sale de Hipona; el profeta Samuel y San Esteban dejan Jerusalén; el pesebre en el que estuvo Nuestro Señor sale de Belén con San Jerónimo; la Cruz es desenterrada; San Atanasio se va a Venecia. En resumen, no me cuesta ningún trabajo creerlo.
Pero ¿por qué fue primero a Croacia? ¿Por qué los Ángeles no la llevaron directamente a Italia? En realidad, nadie sabe la respuesta. Quizás Dios quería bendecir la tierra de Croacia con la presencia de la Santa Casa antes de llevarla a su ubicación final. Jesús una vez sanó a un hombre sordo en etapas y no inmediatamente. El que los Ángeles hayan movido la Santa Casa a varios lugares antes de ponerla finalmente en Loreto tiene el efecto de brindar una multitud de testigos de la milagrosa desaparición y aparición de la casa. Es decir, el que Dios haya permitido que la casa se moviera varias veces antes de haberla puesto en Loreto, muestra que no estaba siendo movida por el hombre, sino por los santos Ángeles de Dios.
Veamos más de cerca todas las milagrosas transportaciones asociadas con la Santa Casa. El 10 de mayo de 1291, el día que la Santa Casa desapareció de Nazaret, la gente en la villa de Trsat, Croacia, fue testigo de la repentina aparición de una nueva casa en el pueblo. Ninguna persona del pueblo sabía cómo había llegado allí. Curiosamente, los pueblerinos observaron que las cuatro paredes de la casa yacían en la tierra; la casa no tenía cimientos.
Después de estar en Croacia tres años, la casa milagrosamente volvió a desaparecer el 10 de diciembre de 1294. Nadie en el pueblo vio a la casa irse. Lo único que dejó en el lugar donde había estado la casa fueron las marcas de la misma en la tierra. Al día de hoy, un monumento marca el lugar exacto en Trsat, Croacia, donde la Santa Casa estuvo ubicada durante tres años.
¿A dónde fue la casa después de Croacia? Fue llevada por los Ángeles a través del Mar Adriático al pueblo de Piceno, Italia. Increíblemente, lo mismo ocurrió en ese pueblo de Piceno: nadie vio cuando llegó la casa, y nadie sabía de dónde había llegado. La casa permaneció en ese lugar durante ocho meses, y eso fue porque los asaltantes comenzaron a robar a los peregrinos (muchos llegados de Croacia) que iban a visitar la Santa Casa. En agosto de 1295, la casa volvió a desaparecer para aparecer en una colina no lejos del pueblo de Piceno. Sin embargo, la colina donde había sido puesta era de dos hermanos y comenzaron a pelear por la titularidad de la casa. Incapaces de resolver la disputa, los hermanos comenzaron a explotar a los peregrinos para sacar ganancias económicas. La Santa Casa permaneció en su propiedad sólo algunos meses, antes de que la casa ¡milagrosamente volviera a desaparecer!
Casi a finales de diciembre de 1295, la Santa Casa fue llevada por los Ángeles a una distancia muy corta de su lugar anterior, pero suficientemente lejos para no estar en la propiedad de los dos hermanos. A este lugar se le conoce como Loreto, el pueblo donde la casa se ubica al día de hoy. (El milagro de la Santa Casa siendo transportada por Ángeles cuatro veces, es la razón por la cual la Iglesia Católica ha declarado a Nuestra Señora de Loreto la Patrona de la aviación).
¿Cómo sabemos que todo esto es cierto? Bueno, en 1296, un año después de que la Santa Casa llegara a Loreto, la Iglesia Católica designó 16 enviados a investigar todo. Los enviados visitaron Loreto, Croacia y Nazaret, y realizaron extensos estudios con el objeto de verificar los sucesos. Los enviados fueron primero a Loreto.
En el lugar donde había estado la casa en Loreto, tomaron medidas precisas de la casa anotando todos los detalles. De allí viajaron a Trsat, Croacia, donde había estado la casa y tomaron medidas de las marcas que había dejado en la tierra la casa. Después viajaron a Nazaret a comparar las medidas de Loreto y Trsat con los cimientos originales. Increíblemente, ¡en los tres lugares (Loreto, Croacia y Nazaret), las medidas eran exactamente las mismas! No había discrepancias en lo absoluto. Todo concordaba perfectamente.
Siglos después, los científicos realizaron análisis químicos de las piedras de las paredes de la Santa Casa en Loreto. También se realizaron estudios químicos de la madera utilizada para el techo de la casa. ¿Qué crees que descubrieron? ¡Las paredes de la Santa Casa están hechas con piedras que son exclusivas del área de Nazaret, y la madera del techo de la casa proviene exactamente del área de Nazaret! Incluso el mortero utilizado para la casa fue determinado ser de un material originado en Tierra Santa.
Como resultado de los estudios, se comenzó a construir una iglesia más grande alrededor de la casa para acomodar a tantos peregrinos que llegaban a Loreto. Mayores testimonios de la veracidad de estos eventos milagrosos han sido la visita de los peregrinos que han llegado a Loreto provenientes de Trsat y Croacia cada año pidiendo al cielo llevar de regreso la Santa Casa a Croacia.
Después de que la Santa Casa llegara a Loreto, Italia, en 1295, casi 50 papas han afirmado su transportación milagrosa por Ángeles, algunas veces refiriéndose a la transportación como la “traslación” de la Santa Casa. En el siglo XV, dos papas fueron milagrosamente sanados en la Santa Casa. En el siglo XVI, se completó una basílica fortificada alrededor de la Santa Casa para protegerla de ataques musulmanes. Posteriormente, para fortificar aún más la estructura, la Santa Casa fue revestida de mármol de Carrara.
Casi todos los papas después de Pío II (uno de los papas del siglo XIII que fue sanado milagrosamente) han hablado sobre su milagrosa traslación.
— San Alfonso María de Ligorio
¿Por qué Dios y la Iglesia han tomado tales medidas para preservar esta casa? ¡Porque es el sitio de la Encarnación! La tradición afirma que María nació y fue educada en la Santa Casa, y que fue en esa casa donde el Arcángel Gabriel se le apareció a la Virgen, y el Verbo se hizo carne. ¡Es una casa de maravillas sobrenaturales!
Se dice que ella (María) nació en la ciudad misma de Nazaret, y ciertamente en la misma habitación en la que, cubierta por el Espíritu Santo, concibió después del saludo del Ángel
— San Jerónimo
Realmente es la casa de Nazaret la que se venera en Loreto. Esa casa muy querida por Dios por tantas afirmaciones, construida originalmente en Galilea, separada de sus cimientos y llevada por el poder divino, cruzando los mares, primero a Dalmacia y después a Italia. La bendita casa en donde la Santísima Virgen, predestinada desde toda la eternidad y perfectamente libre del pecado original, fue concebida, donde nació y creció, y en donde el mensajero celestial la saludó como la llena de gracia para convertirse en la Madre del único Hijo de Dios.
— Beato Papa Pío IX
La Santa Casa también fue donde vivió la Sagrada Familia en Nazaret. La casa es comúnmente conocida como “Santa Casa de María,” pero también merece ser llamada la “Sana Casa de José.” Cuándo y cómo obtuvo posesión San José de la casa no se sabe a ciencia cierta, pero seguramente ocurrió como resultado de su matrimonio con María. De hecho, recientes excavaciones cerca de la Basílica de la Anunciación ofrecen pistas de cómo la casa de la infancia de María se convirtió en la casa de la Sagrada Familia.
Cuando los peregrinos viajan a Tierra Santa, normalmente viajan a Nazaret para ver la Basílica de la Anunciación (en donde solía estar la Santa Casa y donde permanecen los cimientos de los aposentos de la Encarnación). Lo que muchos peregrinos desconocen completamente es que muy cerca de la Basílica está el taller de San José.
La tradición cuenta que cuando José y María se comprometieron, pero antes de que vivieran juntos, José vivía y trabajaba en su propia casa cercana, y una vez que María y José comenzaron a vivir juntos, decidieron vivir en la casa donde María había crecido, y José utilizó la otra casa como su taller. Esto nos ayuda a entender por qué San José no estaba presente cuando el Ángel visitó a María durante la Anunciación; él no vivía con ella en ese tiempo.
La Santa Casa es una reliquia singular que cientos, si no es que miles, de santos han visitado. Antes de ser transportada a Loreto, San Francisco de Asís y Santa Elena visitaron la casa en Nazaret. Desde su transportación mística a Loreto, incontables santos han peregrinado a Loreto para verla, incluyendo a:
- San Ignacio de Loyola
- San Francisco Javier (hizo una peregrinación a Loreto antes de salir para su viaje misionero a la India).
- San Francisco Borgia
- San Carlos Borromeo
- San Pedro Canisio (defendió la verdad de la Santa Casa contra los protestantes que decían que era una leyenda).
- San Luis Gonzaga
- San Santiago de las Marcas
- San Estanislao Kostka
- San Francisco de Sales
- San Luis Guanella
- San Lorenzo de Brindisi
- San Benito José Labré (es llamado el “Santo de Loreto” porque visitó la Santa Casa muchas veces).
- San Francisco Caracciolo
- Beato Antonio Grassi (él creció cerca de la Santa Casa. En una ocasión, mientras se hincaba en oración en la casa, fue alcanzado por un rayo, y este hecho lo curó milagrosamente de un severo dolor de indigestión que había tenido toda la vida. Como resultado de la sanación, juró visitar la Santa Casa una vez al año en peregrinación).
- San Alfonso María de Ligorio (una vez afirmó que “había dejado su corazón” en Loreto).
- San Maximiliano Kolbe
- San Josemaría Escrivá (visitó la Santa Casa siete veces y consagró el Opus Dei a María en Loreto).
- Santo Papa Juan XXIII
- San Juan Pablo II
Santa Teresa de Lisieux visitó la Santa Casa en 1887 de camino a Roma con su padre, y escribió sobre su visita en su autobiografía:
No me extraña que la Santísima Virgen haya elegido este lugar para transportar a él su bendita casa. Allí la paz, la alegría y la pobreza reinan como soberanas. Todo es sencillo y primitivo. Las mujeres han conservado su vistoso traje italiano y no han adoptado, como en otras ciudades, la moda de París. En una palabra, ¡Loreto me encantó! ¿Y qué puedo decir de la santa casa…? Me emocionó profundamente encontrarme bajo el mismo techo que la Sagrada Familia, contemplar las paredes en las que Jesús posó sus ojos divinos, pisar la tierra que José regó con su sudor y donde María llevó en brazos a Jesús después de haberlo llevado en su seno virginal… Visité la salita donde el ángel se apareció a la Santísima Virgen… Metí mi rosario en la pequeña escudilla del Niño Jesús… ¡Qué recuerdos tan maravillosos…!
La Santa Casa es una reliquia poderosa. Jesús, María y José vivieron, durmieron, comieron y rezaron allí. Es tan poderosa que el diablo no quiere saber nada de ella. El Beato Battista Spagnoli de Mantua (1447-1516), superior de la Orden Carmelita de 1513-1516, sacerdote muy devoto de la Santa Casa, ofreció el siguiente testimonio ocular de un exorcismo realizado en una mujer en la Santa Casa de Loreto el 16 de julio de 1489:
No pasaré por alto algo que vi con mis propios ojos y escuché con mis propios oídos. Sucedió que una dama francesa de buena posición y gentil nacimiento llamada Antonia, que llevaba largo tiempo de estar poseída por malos espíritus, fue llevada al santo lugar por su esposo para que pudiese ser liberada. Mientras un sacerdote llamado Esteban, hombre ejemplar, leía sobre ella el exorcismo común, uno de los demonios que se jactó de haber sido el instigador de la masacre de todos los Inocentes, habiéndole preguntado ante su confusión si éste había sido el aposento de la Virgen Inmaculada, replicó que ciertamente lo había sido, pero que lo tenía (confesaba) contra su voluntad, obligado por María a confesar la verdad. Además, señaló los lugares de la Santa Casa en donde Gabriel y María habían estado cada uno.
Incluso la Santa Casa tiene su propia fiesta litúrgica. El 12 de abril de 1916, el Papa Benedicto XV emitió un decreto estableciendo el 10 de diciembre como la Fiesta litúrgica anual de la Traslación de la Santa Casa. Hasta el día de hoy, la Fiesta de la Traslación de la Santa Casa es celebrada con gran festividad cada 10 de diciembre en Loreto.
En esa sacratísima casa se llevó a cabo los comienzos de la salvación del hombre por el grande y admirable misterio de Dios hecho hombre. Entre la pobreza de esta apartada morada vivieron esos modelos de la vida doméstica y la armonía.
— Papa León XIII
¿No es por un milagro sin igual que esta Santa Casa fue traída por tierra y mar de Galilea a Italia? Por un acto supremo de benevolencia del Dios de toda misericordia, se ha colocado en nuestro dominio pontificio donde durante tantos siglos se ha convertido en objeto de veneración de todas las naciones del mundo y resplandece con incesantes milagros
— Beato Papa Pío IX
La Santa Casa de Loreto es la morada donde la Palabra divina asumió la carne humana, y que fue trasladada por el ministerio de los Ángeles. Su autenticidad está demostrada por los monumentos antiguos y la tradición inquebrantable, así como por el testimonio de los soberanos pontífices, el consentimiento común de los fieles y los continuos milagros que están allí y que se siguen suscitando incluso al día de hoy.
— Papa Benedicto XIV
Oración
LETANÍA DE SAN JOSÉ
- Señor, ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros
- Cristo, ten piedad de nosotros, Cristo, ten piedad de nosotros
- Señor, ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros
- Cristo, óyenos, Cristo, óyenos
- Cristo, escúchanos, Cristo, escúchanos
- Dios, Padre celestial, Ten misericordia de nosotros
- Dios Hijo, Redentor del mundo, Ten misericordia de nosotros
- Dios Espíritu Santo, Ten misericordia de nosotros
- Santísima Trinidad, un solo Dios, Ten misericordia de nosotros
- Santa María, Ruega por nosotros
- San José, Ruega por nosotros
- Noble Retoño de David, Ruega por nosotros
- Luz de los Patriarcas, Ruega por nosotros
- Esposo de la Madre de Dios, Ruega por nosotros
- Casto Guardián de la Virgen, Ruega por nosotros
- Padre Nutricio del Hijo de Dios, Ruega por nosotros
- Ferviente Defensor de Cristo, Ruega por nosotros
- Jefe de la Sagrada Familia, Ruega por nosotros
- José Justísimo, Ruega por nosotros
- José Castísimo, Ruega por nosotros
- José Prudentísimo, Ruega por nosotros
- José Valientísimo, Ruega por nosotros
- José Obedientísimo, Ruega por nosotros
- José Fidelísimo, Ruega por nosotros
- Espejo de Paciencia, Ruega por nosotros
- Amante de la Pobreza, Ruega por nosotros
- Modelo de los Obreros, Ruega por nosotros
- Gloria de la Vida Doméstica, Ruega por nosotros
- Guardián de las Vírgenes, Ruega por nosotros
- Pilar de las Familias, Ruega por nosotros
- Consuelo de los Afligidos, Ruega por nosotros
- Esperanza de los Enfermos, Ruega por nosotros
- Patrono de los Moribundos, Ruega por nosotros
- Terror de los Demonios, Ruega por nosotros
- Protector de la Santa Iglesia, Ruega por nosotros
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Perdónanos, Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Escúchanos, Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Ten piedad de nosotros.
Lo hizo Señor de su Casa, y administrador de todas sus posesiones
Oremos: Oh Dios, que en tu amorosa providencia elegiste a San José para ser esposo de tu santísima Madre, concédenos la gracia de tener como nuestro intercesor en el cielo a aquél que veneramos en la tierra como nuestro protector. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.