Santísima Trinidad, un solo Dios
Ten misericordia de nosotros
San José, es cabeza de la Sagrada Familia, padre de la trinidad terrena que es muy parecida a la Santísima Trinidad celestial.
— San Pedro Julián Eymard
La Santísima Trinidad es una familia, una familia santa que desea que tú seas miembro de ella. Para hacer esto posible, ha establecido una réplica trinitaria en la tierra — una trinidad terrena. La trinidad en la tierra está formada por Jesús, María y San José. En cierto sentido, ellos son la primera iglesia. Pertenecer a esta familia te preparará para participar de la familia eterna de Dios en el cielo.
SAN JOSÉ ES EL PADRE DE LA TRINIDAD TERRENA
Muchos santos han comparado la trinidad terrena (Jesús, María y José) con la Trinidad celestial (Padre, Hijo y Espíritu Santo). Por supuesto que la comparación tiene sus limitaciones: María y José no son divinos, y el Espíritu Santo no es una madre. Sin embargo, la comparación es importante porque nos enseña algo sobre la familia trinitaria de Dios. San Francisco de Sales nos ofrece una gran reflexión sobre este tema.
No hay duda de que San José fue revestido con todos los dones y gracias necesarias para el cargo que el Padre Eterno quiso encomendarle con respecto a todas las necesidades domésticas y temporales de Nuestro Señor y la dirección de su familia formada sólo por tres personas que representan para nosotros el misterio de la adorable Santísima Trinidad. No es que haya una verdadera comparación a este respecto, excepto en relación a Nuestro Señor quien es una de las Personas de la Santísima Trinidad porque los otros eran creaturas; con todo, podemos seguir afirmando que fue una trinidad terrena que representaba de alguna manera a la Santísima Trinidad.
—San Francisco de Sales
En esta afirmación, San Francisco de Sales nos enseña una verdad muy importante articulando hermosamente que la trinidad de Nazaret (Jesús, María y José) representa la Trinidad celestial (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y que, por lo tanto, se compone sólo de tres personas. En otras palabras, Jesús no tuvo ni hermanos ni hermanas biológicas, y esto es lo que la Iglesia Católica siempre ha enseñado; pero la Iglesia también ha enseñado siempre que la Trinidad celestial y la trinidad terrena desean que seas miembro de su familia ¡a través de la adopción!
Hay que aclarar, sin embargo, que jamás serás una persona divina. Tú y yo no somos Dios y jamás lo seremos, pero Dios quiere atraernos hacia su vida familiar trinitaria y divina mediante la adopción espiritual, lo cual sucede cuando somos bautizados. Como miembros del Cuerpo Místico de Cristo que es la Iglesia, quedamos insertados en la familia terrena de Dios, la Sagrada Familia, y esta participación nos prepara para pertenecer a la Sagrada Familia celestial.
¿QUIERES SER MIEMBRO DE LA FAMILIA TRINITARIA CELESTIAL?
TIENES QUE SER HIJO(A) DE SAN JOSÉ EN LA TIERRA.
San José, tu padre espiritual, te ayudará a convertirte en un verdadero hijo del Padre celestial. San José te enseñará a amar, a rezar, a hacer sacrificios y a trabajar. Te enseñará a hacer la voluntad de Dios. El camino al cielo se construye con virtudes, y San José te dará un ejemplo paternal de santidad. Con su santa asistencia, tu transición a la Trinidad celestial será fácil. Pertenecer a la familia de Nazaret — aceptando a San José como tu padre, a María como tu madre, y a Jesús como tu Hermano — es la forma más segura, fácil y rápida de pertenecer a la familia trinitaria celestial.
Qué honor fue para San José entrar en una alianza con la familia del Padre celestial, convertirse en la tercera persona de la trinidad creada.
— Beato Guillermo José Chaminade
Lectura
Oratorio de San José
Mi única gran devoción es hacia San José, quien me guía y me da plena confianza.
— San Andrés Bessette
Los santos son héroes, y cada héroe merece un lugar de honor. Esto es especialmente cierto de San José. Él es el mayor santo, el héroe más grandioso y ¡merece una basílica en su honor!
La realidad es que hay muchos santuarios alrededor del mundo dedicados a San José. Sin embargo, hay uno que se destaca sobre todos los demás: El Oratorio de San José en Montreal, Canadá. El Oratorio de San José es una basílica mundialmente aclamada como el principal centro internacional de devoción a San José.
El Oratorio de San José fue fundado por San Andrés Bessette (también conocido como hermano Andrés). Este increíble santo nació cerca de Montreal en 1845. Su nombre de pila era Alfred, y sus padres eran católicos devotos; él fue el hijo número ocho de doce hijos. Años más tarde cuando entró a la vida religiosa, tomó el nombre de Andrés.
El padre de Alfred era leñador de oficio, y murió trágicamente al caerle encima un árbol cuando el pequeño tenía sólo 9 años. Dos años después, la madre de Alfred falleció de tuberculosis, por lo que el niño quedó huérfano a la edad de 12 años. Habiendo perdido tanto a su padre como a su madre a tan corta edad, Alfred desarrolló una fuerte devoción a San José y le encomendó totalmente su vida. Nunca gozó de buena salud y tampoco tuvo una buena educación. Cuando era joven se trasladó a los Estados Unidos y pasó algún tiempo en Connecticut trabajando en varias fábricas de textiles.
Después de un tiempo, ingresó a la Congregación de la Santa Cruz y se convirtió en hermano lego; nunca fue ordenado sacerdote. Debido a su falta de educación, al hermano Andrés (Alfred) se le dio la sencilla tarea de portero de un colegio administrado por su comunidad religiosa en Quebec. Se mantuvo en ese puesto durante más de 40 años. Era un hombre tan humilde, que con frecuencia se refería a sí mismo como “el perrito de San José,” pero Dios tenía grandes planes para él.
Aunque era un humilde portero, el hermano Andrés rápidamente fue conocido en todo Canadá como un hombre muy santo y piadoso. Pasaba incontables horas rezando con la gente que se acercaba a la puerta a verlo. A todos les ofrecía aceite devocional que colectaba de la lámpara que estaba al lado de una estatua de San José, y recomendaba que le encomendaran a San José todas sus necesidades. Por la intercesión del hermano Andrés ocurrieron incontables milagros, pero él siempre los atribuyó a la amorosa intercesión de San José.
Frecuentemente el hermano Andrés sufría burlas y era ridiculizado por su sencillo amor a San José, su piedad y devoción. Tristemente, incluso miembros de la Iglesia expresaban disgusto por él, especialmente por la atención que daba a todas las personas enfermas que llegaban a verlo. Muchos miembros de la Iglesia se sintieron celosos del hermano Andrés porque no pocos lo consideraban un santo. En promedio, el hermano Andrés recibía más de 80,000 cartas al año de la gente que le pedía oraciones. Las cartas eran tan numerosas, que necesitaba cuatro personas para ayudarlo con el correo. La sabiduría contenida en su correspondencia siempre fue sencilla y directa: ¡Acudan a José!
Cuando uno invoca a San José, no hay que hablar mucho, porque el Padre celestial sabe lo que necesitamos y también lo sabe su amigo San José. Hay que decirle, “Si tú estuvieras en mi lugar San José, ¿qué harías?”
— San Andrés Bessette
En agradecimiento por todas las maravillas que ocurrían a través de la intercesión de San José, el hermano Andrés quiso establecer un santuario en su honor. Sus superiores religiosos le otorgaron el permiso para el proyecto, y con ayuda de otras personas se erigió una pequeña capilla dedicada a San José en 1904.
En 1924, comenzó la construcción de una basílica en el lugar donde había construido su pequeña capilla en 1904. La basílica quedaría terminada en 1967 y se conocería en todo el mundo como el Oratorio de San José, el santuario más grande del mundo dedicado a este gran santo.
Desafortunadamente, San Andrés no vivió para ver terminada la basílica; murió en 1937 a la edad de 91 años. Sin embargo, gracias a sus esfuerzos para difundir la devoción a San José, se le conoce en todo el mundo como el más grande “Apóstol de San José” del siglo XX. Fue tan amado y respetado, que más de un millón de personas pasaron frente a su ataúd abierto antes de que la Misa fúnebre se celebrara. Fue beatificado por San Juan Pablo II en 1982 y canonizado por el Papa Benedicto XVI en el año 2010. En el calendario litúrgico universal, la festividad de San Andrés se celebra el 6 de enero, el día que falleció. En Canadá, su fiesta se celebra el 7 de enero porque la solemnidad de la Epifanía siempre es celebrada el día 6 de enero y las solemnidades tienen prioridad.
Actualmente, más de 2 millones de personas visitan el Oratorio de San José anualmente. La gente viaja en peregrinación al Oratorio de San José de todas partes del mundo pidiendo gracias especiales por la intercesión de San José y de San Andrés Bessette. Ya sea que pidan por la salud, asistencia en matrimonios difíciles, la conversión de hijos extraviados, o cualquier otra situación que pesa en el corazón humano, todos los que visitan la basílica encuentran paz, esperanza y consuelo en San José.
Los restos mortales de San Andrés están preservados en la basílica y un relicario especial contiene su corazón. En 1984, San Juan Pablo II visitó el Oratorio de San José como peregrino mientras hacía una visita papal a Canadá, y ante la tumba del santo, el Papa ofreció su corazón a San José y San Andrés.
Santo hermano Andrés Bessette, portero del colegio y custodio del Oratorio de San José: dales esperanza a todos aquellos que siguen buscando tu auxilio. Enséñales la confianza en la virtud de la oración, y con ello, el camino a la conversión y a los Sacramentos. A través de ti y de San José, que Dios continúe derramando sus bendiciones. Amén.
—San Juan Pablo II
Oración
LETANÍA DE SAN JOSÉ
- Señor, ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros
- Cristo, ten piedad de nosotros, Cristo, ten piedad de nosotros
- Señor, ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros
- Cristo, óyenos, Cristo, óyenos
- Cristo, escúchanos, Cristo, escúchanos
- Dios, Padre celestial, Ten misericordia de nosotros
- Dios Hijo, Redentor del mundo, Ten misericordia de nosotros
- Dios Espíritu Santo, Ten misericordia de nosotros
- Santísima Trinidad, un solo Dios, Ten misericordia de nosotros
- Santa María, Ruega por nosotros
- San José, Ruega por nosotros
- Noble Retoño de David, Ruega por nosotros
- Luz de los Patriarcas, Ruega por nosotros
- Esposo de la Madre de Dios, Ruega por nosotros
- Casto Guardián de la Virgen, Ruega por nosotros
- Padre Nutricio del Hijo de Dios, Ruega por nosotros
- Ferviente Defensor de Cristo, Ruega por nosotros
- Jefe de la Sagrada Familia, Ruega por nosotros
- José Justísimo, Ruega por nosotros
- José Castísimo, Ruega por nosotros
- José Prudentísimo, Ruega por nosotros
- José Valientísimo, Ruega por nosotros
- José Obedientísimo, Ruega por nosotros
- José Fidelísimo, Ruega por nosotros
- Espejo de Paciencia, Ruega por nosotros
- Amante de la Pobreza, Ruega por nosotros
- Modelo de los Obreros, Ruega por nosotros
- Gloria de la Vida Doméstica, Ruega por nosotros
- Guardián de las Vírgenes, Ruega por nosotros
- Pilar de las Familias, Ruega por nosotros
- Consuelo de los Afligidos, Ruega por nosotros
- Esperanza de los Enfermos, Ruega por nosotros
- Patrono de los Moribundos, Ruega por nosotros
- Terror de los Demonios, Ruega por nosotros
- Protector de la Santa Iglesia, Ruega por nosotros
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Perdónanos, Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Escúchanos, Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Ten piedad de nosotros.
Lo hizo Señor de su Casa, y administrador de todas sus posesiones
Oremos: Oh Dios, que en tu amorosa providencia elegiste a San José para ser esposo de tu santísima Madre, concédenos la gracia de tener como nuestro intercesor en el cielo a aquél que veneramos en la tierra como nuestro protector. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Bendito sea el oratorio de San Jose y que afortunado fue San Adres al estar junto a San Jose.
Que San José y su Siervo San Andrés, intercedan ante Dios NS, por el milagro de la pronta liberación de Mons. Rolando José Álvarez Lagos, preso por la tiranía del gobierno de Nicaragua. Amén
Hermosas palabras de este sexto día de consagración …para san José que todo es posible . Hacía su camino …