Mientras éstos se alejaban, Pedro dijo a Jesús: «Maestro, ¡qué bien estamos aquí! Hagamos tres carpas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías». Él no sabía lo que decía… Desde la nube se oyó entonces una voz que decía: «Este es mi Hijo, el Elegido, escúchenlo».
(Evangelio para el 13 de marzo, Lucas 9, 33.35).
Después de haber sido testigos de la Transfiguración, los tres apóstoles no querían alejarse de la cima de la montaña. Pero cuando la visión termina, la voz de Dios los dirige para que se vuelvan hacia Jesús, quien los lleva a bajar la montaña. Quizá podamos desear en nuestra propia vida experiencias extraordinarias o “un fervor espiritual”, pero aunque se nos concedan esas experiencias, no debemos aferrarnos a ellas. Hermanos, agradezcamos esos momentos enriquecedores cuando vengan, pero recuerden que debemos cumplir con la misión que nos ha asignado Dios ante todo en los deberes cotidianos de nuestra vida ordinaria.
Desafío del Capellán Supremo Arzobispo William E. Lori:
Este mes, lo reto a apartarse de su rutina cotidiana y pasar cierto tiempo solo con la palabra de Dios leyendo los Evangelios y reflexionando sobre ellos.
En segundo lugar, lo reto a apoyar a su Consejo en la planificación del programa de Retiro Espiritual de Fe en Acción.
Preguntas para reflexionar:
- ¿Tiende a buscar una experiencia religiosa emocional tras otra, pero se siente menos motivado para vivir su fe entre esas experiencias?
- ¿Reconoce el testimonio cristiano que debe cumplir en sus deberes diarios como hombre, esposo, padre y en su labor diaria y sus interacciones sociales?
- ¿Aparta el tiempo suficiente para participar en un retiro espiritual de vez en cuando y luego fortalecer su vida espiritual?