Ayúdame a recibirte siempre con reverencia, con fe, con esperanza y caridad.
17 de Diciembre
TE REGALO MIS SENTIDOS
Por: P. Guillermo Serra
CAMINO A BELÉN
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Breve silencio para ponerse en presencia de Dios, rogando a María Santísima sea nuestra compañera y guía en este camino hacia el encuentro con su Hijo Jesucristo.
Querido niño Jesús: Te quiero hacer presente aquí, en este momento de oración. Muchas veces me acuerdo de ti, pero no te pienso. Pensarte es quererte y quererte es buscarte. Sí, quiero buscarte, caminar hacia ti, pero sabiendo que Tú me buscas siempre primero. Quiero recorrer este camino de la mano de María, tu madre, sostenido por el auxilio del Espíritu Santo, para que tu Amor se revele en plenitud dentro de mi corazón en esta Navidad.
CITA
Sabes a tierra, pero eres eternidad encarnada. Eres uno de los míos y me quieres uno de los tuyos. Ayúdame a recibirte siempre con reverencia, con fe, con esperanza y caridad. Gustarte es prepararse gozosamente para el banquete más importante. Es cuidar todos los detalles de mis otros sentidos para poder acogerte como huésped: limpiar mi corazón, perfumar mi alma, purificar mi vista, silenciar mi oído, suavizar mi tacto.
REFLEXIÓN
Mis sentidos me demandan continuamente satisfacción y el mundo me ofrece posibilidades infinitas, aunque no todas me conservan o acercan a la gracia. Como el Padre Bueno que es, Dios puso toda la creación a nuestros pies y más aún, quiere que nosotros disfrutemos la vida y seamos felices. Los placeres de los sentidos deberían convertirse en una oración de alabanza y gratitud continua para Él, no en una ocasión para poner en evidencia nuestra debilidad, cayendo en el pecado.
¡Qué misterio es pensar que Jesús haya dejado su Cielo y al asumir nuestra naturaleza haya aprendido a sentir como sentimos; a tocar, ver, oler, escuchar y gustar como nosotros! Nada de nuestra experiencia sensible le es ajeno, nos entiende perfectamente. En su naturaleza humana fue en todo igual a nosotros menos en el pecado y por eso, sus sentidos fueron dirigidos exclusivamente a la voluntad de Dios. Ve nuestras necesidades, huele nuestras debilidades, habla las palabras de su Padre y le da gloria, escucha nuestras súplicas y con un solo roce de sus dedos es capaz de curar nuestras heridas más profundas.
Hoy, yo quiero regalarle al niño Dios mis sentidos para imitarle y ponerlos al servicio de mis hermanos con el único fin de dar testimonio de su Amor y glorificar a Dios.
ORACIÓN
BENDÍCEME SEÑOR
Bendíceme cada mañana al despertar
para que sepa a quién entregar mi amor
Bendíceme en lo más profundo de mi corazón
para que sepa ser don para los demás
Bendíceme en todos mis talentos
para que sepa sembrarlos
Bendíceme en cada paso de mi andar
para que sepa tocarte en cada paisaje
Bendíceme en mis momentos de oración
para que sepa escuchar tu voluntad
Bendíceme en mis pensamientos
para que sepa ser aliento y Palabra
Bendíceme en mis propios límites
para que sean siempre tus canales
Bendíceme Señor, cada día, y te cantaré una canción
Quiero ser tu bendición para mis hermanos
Del libro «Jesús a mi Alma» del P. Guillermo Serra L.C.
PROPÓSITO
- El día de hoy escogeré el sentido que más me falte desarrollar en la vivencia de la caridad y lo pondré en práctica durante todo el día.
- Escucharé con atención a quien necesite hablar, veré con misericordia y sin juzgar a una persona que me cueste, pondré atención a las necesidades de alguien cercano, daré un buen consejo o predicaré el amor de Dios a alguien, regalaré un gesto de afecto o un abrazo a quien le haga falta.
- Y lo anotaré como un regalo para llevar al pesebre en mi carta a Jesús.