Amante de la Pobreza
Ruega por Nosotros
Realmente no dudo que los Ángeles, absortos y en adoración, llegaran en incontables multitudes a ese pobre taller a admirar la humildad de aquel que custodiaba a ese querido y divino Niño, aquel que trabajaba en su oficio de carpintero para mantener al Hijo y a la madre encomendados a sus cuidados
— San Francisco de Sales
A los ojos del mundo, San José no era una persona pretenciosa. No tenía ambiciones mundanas o deseos de reconocimiento.
A lo largo de los siglos la gente frecuentemente se ha preguntado cuál sería el estado económico de la Sagrada Familia, o cuáles serían sus condiciones de vida. Para responder a esta pregunta no es necesario buscar más allá del Nuevo Testamento: la Sagrada Familia era pobre, muy pobre.
San José era tan pequeño y pobre a los ojos del mundo, que los Magos que entraron en el establo de Belén ni siquiera se percataron de su presencia (ver Mt 2, 11). Cuando la Sagrada Familia viajó al Templo de Jerusalén a participar en el ritual judío de la purificación para una nueva madre, José ni siquiera pudo comprar un cordero para la ofrenda (ver Lev 12, 6-7); los corderos eran caros. San José sólo pudo ofrecer la ofrenda de un hombre pobre: dos tórtolas o dos pichones (ver Lev 12, 8).
La Sagrada Familia vivía de la Divina Providencia. Si los Magos no le hubiesen ofrecido al bebé Jesús oro, incienso y mirra en Belén (ver Mt 2, 11), es muy probable que San José no hubiese tenido dinero para comprar comida y otras cosas necesarias para su familia cuando viajaron a Egipto. Cuando partieron de Nazaret para Belén para cumplir con el censo, no llevaron muchas cosas con ellos porque esperaban regresar a Nazaret. Los regalos de los Magos fueron la forma providencial en que Dios cuidó a la Sagrada Familia. Años después, cuando regresaron de Egipto a Nazaret, la Sagrada Familia vivió allí casi 30 años en una casa sencilla y pequeña.
“Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.” (Mt 5, 3). ¿Alguna vez te has preguntado qué significa eso? ¿Jesús está diciendo que la pobreza es maravillosa? No, eso no es lo que está diciendo, sino que aquellos que están desapegados de las cosas de este mundo no están lejos del Reino de los Cielos. Cuando la persona está desapegada de las cosas de este mundo, la pobreza se entiende como una virtud. La persona que está desapegada de las cosas materiales es verdaderamente bendecida en espíritu y es rica ante los ojos de Dios. Esto explica por qué San José es llamado “Amante de la pobreza.” Él confió en la Divina Providencia para todas sus necesidades.
SAN JOSÉ TE AYUDARÁ A SER POBRE DE ESPÍRITU
San José te enseñará a desapegarte de las cosas materiales y abandonarte a la Divina Providencia. Jamás encontrarás la verdadera felicidad en las cosas materiales. Aquellos que permiten que su relación con Dios dependa de los bienes materiales están destinados a la infelicidad. Por otro lado, la persona pobre de espíritu puede proclamar: “El Señor me lo dio y el Señor me lo quitó: ¡bendito sea el nombre del Señor!” (Job 1, 21).
El silencio de San José da testimonio de su grandeza y pobreza de espíritu. A todo el mundo le gusta presumir de sus logros y que otros le reconozcan su trabajo; sin embargo, San José nunca vio los resultados de su arduo trabajo y sacrificio. Confiaba en que Dios produciría buen fruto de su labor y años de servicio a Jesús y a María. Dios lo hizo con creces, mucho más de lo que San José habría podido imaginar. Era pobre en el mundo, pero rico en el Reino de los Cielos.
San José vivió contento en su pobreza.
— San Buenaventura
¡Jesús, María, José, mis más dulces amores, puedo vivir, sufrir y morir por ustedes!
— Santo Papa Juan XXIII
Lectura
Adoración Perpetua
Aunque él (San José) jamás adoró a Nuestro Señor bajo las especies eucarísticas y jamás tuvo la dicha de comulgarlo (recibiendo la Santa Comunión), sí poseyó y adoró a Jesús en su forma humana.
— San Pedro Julián Eymard
Si San José vivió con Jesús durante 30 años, su vocación fue de adoración perpetua. De muchas formas, el hogar de la Sagrada Familia de Nazaret fue el primer monasterio cristiano.
San Pedro Julián Eymard escribió un increíble libro llamado The Month of St. Joseph (El mes de San José) que ofrece increíbles reflexiones sobre la vida de oración y adoración de San José en Nazaret. Es una obra de arte. He aquí un extracto del libro de San Pedro Julián Eymard:
San José fue el primer adorador, el primer religioso. Aunque él nunca adoró a Nuestro Señor bajo las especies eucarísticas y jamás tuvo la dicha de comulgar (recibir la Santa Comunión), sí poseyó y adoró a Jesús en la forma humana.
San José conoció a Nuestro Señor más profundamente que todos los santos juntos; él vivió sólo para Él. En eso reside su gloria especial, la clave de su santidad, y que por encima de todo, él sea nuestro modelo; en eso también consiste su incomparable grandeza.
Cuando vemos la gran cercanía que José tuvo con Jesús, la forma en que fue totalmente transformado en Él, comprendemos su verdadera grandeza, su verdadera santidad. Encontramos en él (San José), el adorador perfecto consagrado completamente a Jesús, siempre trabajando cerca de Jesús, dándole a Jesús sus virtudes, su tiempo, su vida misma; y por eso él es nuestro modelo y nuestra inspiración.
Como padre adoptivo de Jesús y esposo de María, el rango de José se encuentra entre los de la elite celestial. En la tierra merece el mismo reconocimiento, ya que su misión, que durará tanto como la propia Iglesia, atrae a todos hacia su objetivo. Como adoradores tenemos el derecho a una gran participación de sus gracias y protección, y un estudio cuidadoso mostrará que todos sus dones especiales estaban destinados a hacerlo un buen adorador.
Desde su entrada (de Jesús) al mundo, aun estando envuelto en el seno de María como un copón viviente, Jesús eligió a María y José para ser sus adoradores. José respondió regiamente, ya que jamás dejó de adorar a Jesús en el vientre de su madre. Y después del nacimiento del Niño en Belén, José y María lo adoraron ininterrumpidamente mientras yacía ante sus ojos. Ellos representaban a toda la humanidad al pie de Cristo. Sin duda ¡Adán y Eva fueron bien reemplazados!
En Nazaret los días de José estaban llenos de trabajo que (por) necesidad lo llevaban a veces a alejarse de su Niño Dios. Durante esas horas María lo reemplazaba, pero cuando la noche lo llevaba de vuelta a casa, pasaba toda la noche en adoración sin cansarse y simplemente feliz por la oportunidad de contemplar las riquezas ocultas de la divinidad de Jesús, ya que él perforaba los ásperos vestidos que llevaba el Niño hasta que su fe tocaba el Sagrado Corazón. En profunda adoración se unía a las gracias especiales de cada uno de los eventos en la vida de Jesús. Ten confianza, una confianza firme en él (San José). Elígelo como patrono y modelo de tu vida de adoración
San Pedro Julián Eymard es conocido como el “Apóstol de la Eucaristía.” Fue un celoso promotor de la Adoración al Santísimo Sacramento. San Pedro Julián fundó dos comunidades religiosas para promover la Adoración al Santísimo Sacramento: la Congregación del Santísimo Sacramento para hombres, y las Siervas del Santísimo Sacramento para mujeres.
Cuando recibimos la Santa Comunión, consideremos que Jesús viene a nosotros como un pequeño bebé, y después pidamos a San José que nos ayude a darle la bienvenida como cuando él lo sostenía en sus brazos
— San José Marello
Oración
LETANÍA DE SAN JOSÉ
- Señor, ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros
- Cristo, ten piedad de nosotros, Cristo, ten piedad de nosotros
- Señor, ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros
- Cristo, óyenos, Cristo, óyenos
- Cristo, escúchanos, Cristo, escúchanos
- Dios, Padre celestial, Ten misericordia de nosotros
- Dios Hijo, Redentor del mundo, Ten misericordia de nosotros
- Dios Espíritu Santo, Ten misericordia de nosotros
- Santísima Trinidad, un solo Dios, Ten misericordia de nosotros
- Santa María, Ruega por nosotros
- San José, Ruega por nosotros
- Noble Retoño de David, Ruega por nosotros
- Luz de los Patriarcas, Ruega por nosotros
- Esposo de la Madre de Dios, Ruega por nosotros
- Casto Guardián de la Virgen, Ruega por nosotros
- Padre Nutricio del Hijo de Dios, Ruega por nosotros
- Ferviente Defensor de Cristo, Ruega por nosotros
- Jefe de la Sagrada Familia, Ruega por nosotros
- José Justísimo, Ruega por nosotros
- José Castísimo, Ruega por nosotros
- José Prudentísimo, Ruega por nosotros
- José Valientísimo, Ruega por nosotros
- José Obedientísimo, Ruega por nosotros
- José Fidelísimo, Ruega por nosotros
- Espejo de Paciencia, Ruega por nosotros
- Amante de la Pobreza, Ruega por nosotros
- Modelo de los Obreros, Ruega por nosotros
- Gloria de la Vida Doméstica, Ruega por nosotros
- Guardián de las Vírgenes, Ruega por nosotros
- Pilar de las Familias, Ruega por nosotros
- Consuelo de los Afligidos, Ruega por nosotros
- Esperanza de los Enfermos, Ruega por nosotros
- Patrono de los Moribundos, Ruega por nosotros
- Terror de los Demonios, Ruega por nosotros
- Protector de la Santa Iglesia, Ruega por nosotros
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Perdónanos, Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Escúchanos, Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Ten piedad de nosotros.
Lo hizo Señor de su Casa, y administrador de todas sus posesiones
Oremos: Oh Dios, que en tu amorosa providencia elegiste a San José para ser esposo de tu santísima Madre, concédenos la gracia de tener como nuestro intercesor en el cielo a aquél que veneramos en la tierra como nuestro protector. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Que el ejemplo de San José nos ayude a no apegarnos a las cosas materiales y a aceptar lo que Dios nos da para vivir
Si gamos el ejempol de San Jose de no fijarnos en las cosas materiales y estar felices con lo que nos manda Dios.
Que el ejemplo de San José me ayude e inspire a no apegarme a las cosas terrenales y ser feliz con lo que nos manda Dios.