A partir de mañana los Caballeros de Colón iniciaremos un camino de preparación para recibir a Jesús en ese Belén que es nuestro corazón. No sabemos si nuestros corazones estén listos para entonces, pero esperamos que si estén más limpios y preparados que en este momento. Y por eso los queremos invitar junto con sus familias a esta peregrinación desde nuestros hogares.
La hemos llamado “Ven a mi corazón”. Porque queremos decirle a Jesús que lo esperamos ansiosos, que venga pronto, que llegue a nuestros corazones. Aquí estaremos para recibirlo, no sé si mal o bien, pero allí estaremos en Belén.
Mañana 22 de noviembre iniciaremos estos 33 días de caminata hacía la cueva de Belén en la que entraremos con humildad la noche del 24 de diciembre. Noche fría y serena, noche tierna y buena.
Hemos querido adelantar unos días la preparación propia de la Navidad, a la que todos conocemos como Adviento. Empezando unos días antes, siguiendo la estructura y la dinámica de los 33 días de consagración a María, a la Divina Misericordia o a San José.
¿Por qué? Antes de entrar propiamente en el Adviento quisiéramos poder hacer una preparación espiritual personal que nos ubique mejor en la historia de la salvación para vivirlo con un mayor fruto. Jesús nace en Belén por nosotros, por ti y por mí y su llegada convierte nuestra vida en sagrada.
Usaremos muchos de los textos de la liturgia de Adviento que reflejan la riqueza de la Palabra de Dios y la belleza de la liturgia de la Iglesia. También incluiremos textos del libro “Sal de tu Cielo”, a modo de taller de oración diario, pues el corazón hay que ensancharlo a través del contacto íntimo con quién nos conoce mejor que nosotros mismos.
Desde ya pongamos en manos de María, este proyecto. Que Ella nos muestre a su Hijo, Jesús, fruto bendito de su vientre.
Dada la difusión tan grande que ha tenido la consagración a San José que los Caballeros de Colón hacemos año tras año con tanto éxito, invitamos a todos los grupos que reciban esta invitación a unirse con nosotros como peregrinos, e iniciar este viaje de preparación, estos 33 días de camino hacia Belén.
ENTRA EN EL DESIERTO – Él ha protegido tu marcha por este gran desierto, y hace ya cuarenta años que Yahveh tu Dios está contigo sin que te haya faltado nada
AQUÍ ESTOY, MÍRAME – Dios me mira y me conoce, me mira y me ama. A Él no necesito acudir con pretensiones, cubriendo apariencias o disfrazando mis defectos.
TE PRESENTO MIS HERIDAS – Sin tu misericordia, el mundo no existiría. Sin tu misericordia, mi corazón no existiría, no podría amar porque no sabría ser amado.
TE REGALO MI GRATITUD – La vida, el amor, la salud, las personas en mi vida, los bienes que poseo… Todo ha salido de tu mano providente, por tu bondad y misericordia
TE REGALO MI POBREZA – En la cueva donde naciste encuentro el ejemplo para lograrlo: la humildad del lugar, el silencio de la noche, la pobreza que elegiste y la mejor compañía: María y José.
TE REGALO TU LIBERTAD – Asumiendo semejanza humana y apareciendo en su porte como hombre, se rebajó a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte y una muerte de cruz
TE REGALO MI ESPERANZA – Hoy quiero regalarte mi fe y mi confianza en tu amor misericordioso, que son el alimento de mi esperanza. Te espero a ti y espero en ti.