Episodio 9 VIDA SACRAMENTAL

Respira en mí, Oh Espíritu Santo, para que mis pensamientos puedan ser todos santos. Actúa en mí, Oh Espíritu Santo, para que mi trabajo, también, pueda ser santo. Atrae mi corazón, Oh Espíritu Santo, para que sólo ame lo que es santo. Fortaléceme, Oh Espíritu Santo, para que defienda todo lo que es santo. Guárdame, pues, Oh Espíritu Santo, para que yo siempre pueda ser santo. Amén.

Oración De San Agustín Al Espíritu Santo

Un momento de silencio para reflexionar la oración.

1. En el episodio “Vida sacramental”, Jared Zimmerer nos recuerda que la gracia que recibimos de los sacramentos nos fortalece para pelear nuestras batallas espirituales. Él compara la vida sacramental con el ejercicio de resistencia o el fisiculturismo.

• ¿De qué manera emprender un programa de ejercicio o de resistencia es similar a prepararse para la batalla espiritual? ¿Qué se requiere de un hombre para que tenga éxito en los dos?
• ¿Cuáles son algunos de los vicios que pueden convertirse en obstáculos para mantener este tipo de programas, ya sea para el ejercicio de resistencia o la vida sacramental?
• Según el Catecismo, “Los sacramentos son signos eficaces de la gracia, instituidos por Cristo y confiados a la Iglesia por los cuales nos es dispensada la vida divina” (CIC 1131). El Padre Burke Masters dice: “La gracia es algo que no podemos tocar. No se amerita. Pero es la vida divina que Dios quiere darnos”. ¿Por qué es necesaria la gracia para seguir a Cristo? ¿Por qué los sacramentos son vitales en la vida de un católico?

2. Zimmerer también habla de cómo un hombre, como la cabeza de su familia y su iglesia doméstica, tiene el papel de sacerdote (sacrificando por su familia y guiando a los miembros en oración y a los sacramentos), profeta (enseñándoles la verdad) y rey (virtuosamente dirigiendo a la familia).

• ¿Cuáles son algunos ejemplos concretos de cómo un hombre ejerce su papel sacerdotal? ¿Su papel profético? ¿Su papel de rey?
• Examinen sus propias experiencias con cada uno de estos papeles. ¿Cuáles son sus fortalezas en cada papel? ¿Cuáles son sus debilidades?
• ¿Qué resoluciones específicas pueden hacer para convertirse en sacerdotes, profetas y reyes más efectivos para sus familias?

3. De hecho, James Christoff habla de cómo los hombres, cuando experimentan problemas matrimoniales, hablarán con un amigo o un consejero, pero “el mayor bálsamo que puede ocurrir en un matrimonio es el que un hombre y una mujer se arrodillen ante Cristo, después de haber confesado sus pecados y recibido la Eucaristía”.

• Si están casados, ¿a dónde recurren, ya sea solo o en pareja, cuando encuentran dificultades en sus relaciones?
• ¿Qué tan cómodos están ustedes y sus esposas al hablar honestamente de sus conflictos y recibir críticas unos de otros, e incluso orar sobre los problemas de sus relaciones juntos?
• ¿Cómo puede ayudar a resolver la discordia cuando una pareja recurre juntos a la confesión y la Eucaristía? ¿Qué pasos podría tomar una pareja para recibir los sacramentos juntos con este propósito en mente?

4. En este episodio, el Dr. Paul Thigpen caracteriza la confesión como un “hospital de campaña” donde podemos ser sanados de las heridas del pecado en medio de nuestra batalla espiritual. Jeff Cavins comenta sobre la confesión de nuestros pecados: “Sé honesto acerca de lo que has hecho, acepta la responsabilidad como hombre y toma la medicina, porque Dios quiere que seas restaurado, aún más de lo que tú quieres ser restaurado”.

• ¿Por qué se requiere la honestidad y la humildad para confesar nuestros pecados, algo que muchos hombres encuentran difícil?
• ¿La imagen de este sacramento como un “hospital de campaña” para sanarnos, restaurarnos para la batalla espiritual, ayuda a los hombres a considerar este sacramento de una manera más positiva? ¿Por qué o por qué no?
• Jared Zimmerer se refiere a la confesión como “un sacramento de firmeza”, ya que debemos seguir regresando al sacramento regularmente para obtener el beneficio completo, incluso si confesamos los mismos pecados una y otra vez. ¿Cómo esa “firmeza” caracteriza un enfoque masculino para participar en una batalla espiritual?

5. El Dr. Tim Gray dice que la Misa (como la celebración del sacrificio de Cristo) nos recuerda que Cristo es el modelo absoluto de la masculinidad en dos etapas: el autodominio (donde ejercemos la virtud natural a través de la autodisciplina) y auto entrega (donde practicamos la virtud sobrenatural haciendo un regalo de nosotros mismos por amor a los demás). La Misa, dice, muestra que “la masculinidad está hecha para el sacrificio y el heroísmo”.

• ¿Cuáles son los aspectos esenciales del heroísmo? ¿Cómo demuestra el sacrificio de la Misa el heroísmo?
• ¿La Misa les ayuda a vivir el autodominio y la entrega de ustedes mismos? ¿Si es así, cómo?
• ¿Qué pasos prácticos podemos tomar para vivir nuestras vidas de acuerdo con el heroísmo que experimentamos en la Misa?

“Este mundo es un campo de batalla entre el cielo y el infierno, entre el bien y el mal. Por lo que tenemos que ponernos, como las Escrituras dicen, ‘La armadura de Dios’. Y parte de eso incluye estos canales de gracia increíblemente poderosos llamados los Sacramentos. Todos los Sacramentos son dones de Jesús, son puntos neurálgicos de gracia que Jesús nos da para fortalecernos en la batalla espiritual”

(Jim Burnham).

“Mucha gente se pregunta, ‘¿cómo revitalizo mi matrimonio?’ Tu matrimonio también es una fuente de gracia increíble. Por lo tanto, hay que liberar las gracias súper abundantes, los galones, tras galones de gracias disponibles en tu propio matrimonio. ¿Cómo haces eso? Ve a confesarte, ve a la Eucaristía, permanece en estado de gracia. Y tu propio matrimonio se convertirá en fuente de gracia sobrenatural. Entonces, los sacramentos son algunas de las herramientas espirituales más poderosas que tenemos”

(Jim Burnham).

“Cuando una familia da culto junta, se une más. Ayuda a sanar las inevitables pequeñas fricciones y peleas y otras cosas que suceden. Entonces, la Eucaristía es una clave para toda la Iglesia, pero especialmente para la iglesia doméstica, esa es la familia”

(Obispo Thomas J. Olmsted).

“Entonces, una visión sacramental del mundo es ver todo a través de los lentes de Dios, ver las cosas no solo por encima, sino ver que son mucho más profundas y ¿qué atributos de Dios representa esta cosa? Y eso debería guiar todo nuestro día, debería guiar el hecho de que ahora somos literalmente representaciones de Jesucristo en el mundo. ¿Cómo vas a hacer eso? ¿sabes? ¿cómo vas a estar a la altura de ese llamado?”

(Jared Zimmerer).

Jesús les respondió: “Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán Vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Porque mi carne es la verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. Así como yo, que he sido enviado por el Padre que tiene Vida, vivo por el Padre, de la misma manera, el que me come vivirá por mí”

(Juan 6,53-57).

Y así, siempre que coman este pan y beban esta copa, proclamarán la muerte del Señor hasta que Él vuelva. Por eso, el que coma el pan o beba la copa del Señor indignamente tendrá que dar cuenta del Cuerpo y de la Sangre del Señor. Que cada uno se examine a sí mismo antes de comer este pan y beber esta copa; porque si come y bebe sin discernir el Cuerpo del Señor, come y bebe su propia condenación

(1 Corintios 11,26-29).

Jesús les dijo de nuevo: “¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes”. Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió “Reciban al Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan”

(Juan 20,21-23).

El respondió: “¿No han leído ustedes que el Creador, desde el principio, los hizo varón y mujer; y que dijo: ‘Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y los dos no serán sino una sola carne’? De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido”

(Mateo 19,4-6).

Participen en la Misa con ojos frescos.

Hagan un recorrido por su propia iglesia parroquial.

Hagan de la confesión una actividad familiar.

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha. Sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Que Dios manifieste sobre el su poder, es nuestra humilde suplica, y tú, Príncipe de la milicia celestial, con el poder que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén.

Oración a San Miguel