Día de la Consagración a San José

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Consagración a San José

Oh Dios, que en tu amorosa providencia elegiste a San José para ser esposo de tu santísima Madre, concédenos la gracia de tener como nuestro intercesor en el cielo a aquél que veneramos en la tierra como nuestro protector. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

¡Felicidades! Hoy te consagrarás por entero a San José.

Un programa integral de consagración a San José se ha estado desarrollando desde hace tiempo. Ha tomado siglos para que el arma secreta de la consagración a San José se desarrollara. Ahora que ha sido revelada, Dios te eligió para recibir esta enorme bendición en tu vida espiritual. Has sido elegido(a) en este momento de la historia para ser parte de la Consagración a San José. ¿Estás consciente de lo bendecido(a) que eres?

En otros tiempos los santos habrían estado felices de tener un método completo de preparación y consagración a San José. Sus santos instintos sabían de la grandeza y maravillas de San José, y cada uno a su manera buscó la forma de honrarlo y amarlo con devoción filial, pero eres tú quien aparecerá entre los primeros en la historia de la Iglesia que vivirán en una extraordinaria era de devoción a San José. ¡La era de San José!

La Santísima Trinidad quiere que San José sea más conocido y amado. Has sido invitado a imitar las virtudes y santidad del corazón puro de San José. Con San José a tu lado, la virtud y santidad se incrementará en tu vida. Cubierto por el manto paternal de San José, estarás protegido de cualquier daño espiritual; no hay nada que temer. Tu padre espiritual es el padre de Jesús, el esposo de la Madre de Dios y ¡el Terror de los Demonios!

El que honra a su padre expía sus pecados… Honra a tu padre con obras y de palabra, para que su bendición descienda sobre ti.

— Ecl 3, 3; 8

Por el resto de tu vida ama, confía y honra a San José. Acude a él en tiempos de bonanza, en tiempos de pobreza, en tiempos buenos y malos. Él será tu guardián, tu fortaleza, y tu certeza de que no te perderás. Si te sientes preocupado, acude a José. Si te sientes ansioso, acude a José. Si te sientes solo, si sufres una pérdida, o si tienes tentaciones, ¡corre hacia José! Él jamás estará lejos de ti. Él escuchará tu voz y será tu pronta defensa. Cual intrépido guerrero, tu padre espiritual correrá a tu lado y te protegerá.

Dios exige mucho de ti, pero te favorecerá generosamente en esta tierra y te exaltará si decides imitar a San José en sus virtudes.

— San José Sebastián Pelczar

Nunca olvides lo que has aprendido en estos días de preparación. Renueva tu consagración frecuentemente. Esfuérzate por agradar al amoroso corazón de tu padre espiritual. Evita el pecado y vive como un fiel miembro de la Iglesia con tu mirada puesta en Jesús, María y San José, aunque los escándalos persistan. Ellos jamás te decepcionarán, jamás te abandonarán, siempre te amarán y estarán a tu lado.

Le he pedido a Nuestro Señor que me conceda tener a San José como padre, así como me entregó a María como Madre; que ponga en mi corazón esa devoción, esa confianza, ese amor filial de un tutelado, de un devoto de San José. Confío en que el buen Maestro escuchó mis plegarias porque ahora siento mayor devoción hacia este gran santo, y estoy lleno de confianza y esperanza.

— San Pedro Julián Eymard

Actos de consagración a San José

Te presentamos ahora 6 diferentes formulas de Consagración. Puedes utilizar la que más te guste o se adecue a ti; Si vas a realizar tu consagración en Grupo seleccionen en conjunto, cual formula usaran, y todos reciten juntos la misma.

Acto de consagración a San José

¡Oh glorioso Patriarca y Patrono de la Iglesia! ¡Oh virginal Esposo de la Virgen Madre de Dios! ¡Oh Guardián y Padre virginal del Verbo Encarnado! En presencia de Jesús y de María, te elijo este día como mi padre, mi guardián y mi protector.

Oh grandioso San José, a quien Dios eligió como Cabeza de la Sagrada Familia, acéptame, te lo ruego, aunque completamente indigno, como miembro de tu “santa casa.” Preséntame con tu Inmaculada Esposa y pídele que me adopte también como hijo suyo. Junto a ella, ruega para que yo piense constantemente en Jesús y lo sirva fielmente hasta el final de mi vida. Oh, Terror de los Demonios, incrementa en mí la virtud, protégeme del enemigo y ayúdame a no ofender a Dios de ninguna manera.

Oh mi Padre espiritual, hoy me consagro a ti. En fiel imitación a Jesús y a María, pongo todas mis preocupaciones bajo tu cuidado y protección.

A ti, después de Jesús y de María, consagro mi cuerpo y mi alma con todas sus facultades, mi crecimiento espiritual, mi hogar y todos mis asuntos y proyectos.

No me abandones, más bien adóptame como siervo e hijo de la Sagrada Familia. Cuídame en todo momento, pero especialmente a la hora de mi muerte. Consuélame y fortaléceme con la presencia de Jesús y de María para que contigo alabe y adore a la Santísima Trinidad por toda la eternidad. Amén.

Acto de consagración a San José

por Padre Donald Calloway, MIC

En este día, ante la inmensa multitud de testigos celestiales, yo, __________________, pecador(a) arrepentido(a), me consagro en cuerpo y alma a ti, San José.


Acudo a ti como mi padre espiritual y pongo mi vida y mi salvación en tus manos. Confiando en tu bondad, me resguardo bajo tu sagrado manto paternal pidiéndote que me protejas del mundo, de la carne y del demonio.


San José, tú que eres el esposo virginal de la Madre de Dios, ayúdame a amarla con tierno afecto y devoción filial. María es mi Madre espiritual y el camino más seguro, rápido y fácil para ir a Jesús. Mantenme cerca de ella y, junto con ella, acércame a Jesús.


Nunca te alejes de mí, San José. Nútreme con el Pan de Vida, instrúyeme con la sabiduría de los santos, ayúdame a cargar mi cruz, y consérvame siempre en la Iglesia Católica. Cuando muera, llévame al Reino de los Cielos para ver a Jesús y María.


A partir de ahora jamás te olvidaré. Hablaré de ti frecuentemente, pasaré tiempo contigo en la oración y, con tu ayuda, me esforzaré sinceramente en no volver a pecar. Si caigo, ayúdame a arrepentirme acudiendo a la Confesión. Si me pierdo, guíame de vuelta a la verdad.


Ante el cielo y la tierra mi alma clama: ¡Alabada sea la Santísima Trinidad que te hizo Príncipe de todas sus posesiones! ¡Alabada sea la Virgen María que te ama y anhela verte amado! Alabanzas a ti, mi Padre espiritual, ¡el gran San José!


¡Te entrego todo, San José! Tómame como posesión tuya. Soy tuyo. Amén.

Acto de consagración a San José

por Padre Donald Calloway, MIC

Yo, ____________________, hijo(a) de Dios, te acepto a ti, San José, como mi padre espiritual. Confío en que Jesús y María me guiaron hasta ti para que te conozca, te ame y me consagre totalmente a ti.


Por eso, habiendo llegado a conocerte y amarte, me consagro del todo a ti, San José. Te quiero en mi vida, te necesito en mi vida. ¡Adóptame como hijo espiritual tuyo, oh grandioso San José! No quiero perderme nada de tu paternidad protectora.


Fuiste esposo providente de María, mi Madre espiritual, y te agradezco haberle sido siempre fiel; gracias por amarla tanto y por ofrecer toda tu vida en su servicio.


Como padre virginal de Jesús, cuidaste de mi Señor y lo protegiste de los hombres malvados; gracias por proteger la vida de mi Salvador. Gracias a ti, Jesús pudo derramar su Sangre por mí en la Cruz. Gracias a ti, San José, tengo esperanza en la vida eterna celestial.


Como mi padre espiritual, sé que tú me guiarás también y me protegerás. Te pido que me instruyas en los caminos de la oración, de la virtud y de la santidad. Quiero ser como tú, San José. Quiero ser puro, humilde, amoroso y misericordioso.


Ahora que ya soy tuyo y tú eres mío, prometo nunca olvidarte. ¡Sé que nunca me olvidarás, y esto me da una inmensa alegría! ¡Soy amado por San José! ¡Yo le pertenezco!


Alabada sea la Santísima Trinidad que te bendijo y te elevó a la mayor santidad después de María. Alabada sea la Virgen que te ama tanto y quiere que las almas te amen. ¡Alabado seas, San José, mi padre, mi custodio y mi todo! ¡Amén!

Acto de consagración a San José

por San Pedro Julián Eymard

Me consagro a ti, buen San José, mi padre espiritual. Te elijo para gobernar mi alma y enseñarme la vida interior, la vida oculta con Jesús, con María y contigo. Sobre todo, quiero imitar el humilde silencio con el que envolviste a Jesús y a María. Para mí, todo se basa en eso, en la abnegación, como la de Nuestro Señor en su vida oculta, haciendo que el mundo me olvide, por mi silencio y mi práctica de la virtud.


Me consagro a ti como mi guía y modelo en todos mis deberes, para que aprenda a cumplirlos con mansedumbre y humildad: con mansedumbre hacia mis hermanos, mi prójimo y todos aquellos con quienes tengo contacto; con humildad hacia mí mismo, y sencillez delante de Dios.


Te elijo, buen santo, como mi consejero, confidente y protector en todas mis dificultades y pruebas. No pido ser liberado de cruces y sufrimientos, sino sólo del amor propio que podría quitarles su valor si me glorío de mis tribulaciones. Te elijo como mi protector. Sé mi padre como lo fuiste de la Sagrada Familia en Nazaret. Sé mi guía; sé mi protector. No pido bienes temporales, grandeza o poder, sólo pido servir con fidelidad y dedicación a mi Rey divino.
Te honraré, amaré y serviré con María, mi Madre, y nunca separaré su nombre del tuyo.


Oh Jesús, dame a José por padre, así como me diste a María por Madre. Lléname de devoción, confianza y amor filial. Escucha mi oración. Sé que lo harás. Ya me siento más devoto, más lleno de esperanza y confianza en el buen San José, tu padre adoptivo y mi padre espiritual. Amén.

Acto de consagración a San José

por San Alfonso María de Ligorio

Oh santo patriarca, me regocijo contigo a causa de la elevadísima dignidad por la que fuiste considerado digno de servir a Jesús como un padre, de darle órdenes y de ser obedecido por Aquél a quien el cielo y la tierra obedecen.


Oh gran santo, puesto que fuiste servido por Dios, yo también quiero ponerme a tu servicio. Te elijo, después de María, para ser mi principal defensor y protector.


Prometo honrarte todos los días con algún acto especial de devoción, y entregarme diariamente a tu protección.
Por esa dulce compañía que Jesús y María te dieron durante tu vida, protégeme durante toda mi vida, para que nunca me separe de mi Dios por la pérdida de su gracia.


Mi querido San José, ruega a Jesús por mí. Ciertamente, Él jamás te negará nada, ya que obedeció todas tus órdenes mientras estaba en la tierra. Pídele que me desapegue de toda criatura y de mí mismo, que me inflame con su santo amor, y que luego haga conmigo lo que le plazca.
Por las atenciones que Jesús y María te prodigaron al morir, te suplico que me protejas de una manera especial a la hora de mi muerte, para que muriendo asistido por ti, en compañía de Jesús y de María, pueda ir a agradecerte al paraíso, y en tu compañía, alabar a mi Dios por toda la eternidad. Amén.

Acto de consagración a San José

por San Bernardino de Siena

Oh, mi amado San José, adóptame como hijo tuyo. Te encomiendo mi salvación; cuida de mí día y noche; guárdame de las ocasiones de pecado; obtén para mí pureza de cuerpo. Por tu intercesión ante Jesús, concédeme un espíritu de sacrificio, humildad, abnegación, amor ardiente a Jesús en el Santísimo Sacramento y un dulce y tierno amor a María, mi Madre. San José, quédate a mi lado mientras viva, quédate a mi lado mientras muera, y obtén para mí un juicio favorable de Jesús, mi Salvador misericordioso. Amén.

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