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José Obedientísimo

Ruega por Nosotros

Si quieres conocer la obediencia de San José, mira cómo se levantó en la noche a la voz del Ángel y, no importándole el hambre, los trabajos, o el frío, salió hacia Egipto en donde tuvo una vida difícil hasta el siguiente mandato de Dios

San José Sebastián Pelczar

La obediencia es una virtud mal entendida. Muchas personas piensan que la obediencia a las autoridades limita su libertad requiriendo que entreguen sus derechos a otros, pero ese no es el caso. De hecho, la obediencia a las leyes es parte cotidiana de la vida humana. Una señal de tránsito, por ejemplo, no le quita la libertad a una persona. Las señales de tránsito y otras leyes legítimas están diseñadas para dar a la gente verdadera libertad y felicidad. Cuando conduces puedes desobedecer el alto que te indican los semáforos, pero obedecer la señal de alto es lo que te permite a ti y a los demás llegar seguros a su destino.

Tanto la ley natural como la divina no son inhibidores de la libertad. En el plan de Dios, el propósito de estas leyes es ayudar a alcanzar el último destino: el cielo. Aquellos que no obedecen la razón y las disposiciones divinas, terminarán psicológica, antropológica y espiritualmente frustrados, y correrán el riesgo de no llegar al cielo.

SAN JOSÉ ES UN MODELO DE OBEDIENCIA

La obediencia requiere confianza. La falta de confianza por parte de nuestros primeros padres (Adán y Eva) fue lo que ocasionó que toda la humanidad cayera en el pecado. En el Jardín del Edén, nuestros primeros padres fueron engañados por la serpiente para desobedecer a Dios. El demonio instiló dudas en sus mentes sobre la confiabilidad de Dios. “¿Así que Dios les ordenó que no comieran de ningún árbol del jardín?” (Gn 3, 1). Nuestros nuevos padres, María y San José, confiaban en Dios y estaban dispuestos a sufrir por obedecerle. María y José estaban seguros de que Dios tenía en mente sus intereses y necesidades.

¿Por qué San Mateo fue tan enfático al subrayar la confianza de José en las palabras que recibió del mensajero de Dios, si no fue para invitarnos a imitar esa misma confianza amorosa?

— Papa Benedicto XVI

SAN JOSÉ HARÁ CRECER EN TU VIDA LA VIRTUD DE LA OBEDIENCIA

Quizás conozcas las revelaciones celestiales que recibió Santa Faustina sobre el mensaje y la devoción de La Divina Misericordia. ¿Sabías que Santa Faustina también tuvo visiones de San José? Ella amaba mucho a San José y con frecuencia le pedía su poderosa intercesión, pidiéndole ayuda para hacer la voluntad de Dios y mantenerse fiel a su misión de difundir la devoción a la misericordia de Dios. Con la ayuda de San José, Santa Faustina pudo llevar a buen término su misión y ser obediente a sus superiores, ¡incluso cuando la enviaron a una evaluación psicológica!

La virtud de la obediencia no sólo es para religiosas y sacerdotes. Todos necesitamos ser obedientes, tanto a las leyes naturales como a las divinas. Obedecer los 10 Mandamientos, las enseñanzas de la Iglesia Católica, asistir fielmente a la Santa Misa los domingos y los días de precepto, y acudir a la Confesión cuando uno cae en pecado, son formas de demostrar que confiamos en Dios y le obedecemos.

Todos tenemos que confiar en Dios y obedecer también la ley natural. La persona que defiende el matrimonio como una institución entre un hombre y una mujer está obedeciendo la ley natural. Proteger a los niños que están en el vientre materno votando por candidatos que estén inflexiblemente a favor de la vida, también es una señal de obediencia a la ley natural. Resistir al sinsentido de la ideología de género es otra manera de obedecer la ley natural. Si se burlan de ti, te ridiculizan y provocan sufrimiento por tu confianza y obediencia a las leyes naturales y divinas, no estás lejos del Reino de los Cielos.

José, en obediencia al Espíritu Santo, encontró en el Espíritu Santo la fuente del amor

— San Juan Pablo II

Lectura

San José dormido

Es inútil que ustedes madruguen; es inútil que velen hasta muy tarde y se desvivan por ganar el pan: ¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!

— Salmo 127,2

Dios ama el sueño. Él lo hizo. Tu Padre celestial te diseñó para que aproximadamente una tercera parte de tu vida la pases durmiendo. Él mismo descansó después de haber creado los cielos y la tierra (ver Gn 2,2-3).

Dios es Padre. Se deleita en sus hijos cuando están dormidos. Dios se comunica con sus hijos cuando están dormidos; es un hecho bíblico. En la vida y misión de San José, Dios eligió hablarle mientras dormía. En cuatro ocasiones y a través de un ángel, Dios le dio a San José mensajes muy importantes en sus sueños (ver Mt 1,20; Mt 2,13.19.22).

El sueño de San José es tan importante y poderoso que Satanás le tiene miedo. El cristianismo siempre ha sostenido que Satanás, una creatura rebelde, eligió no servir a Dios declarando con gran arrogancia, “non serviam” (“no serviré”; Jr 2,20). En contraste, la Virgen María pronuncia su humilde “Fiat mihi secundum verbum tuum” (“hágase en mi según tu palabra” (Lc 1,38). El gran San José responde más con una acción obediente que con palabras: “Fecit sicut proecepit ei ángelus Domini” (“hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado” (Mt 1,24). ¡El sueño de San José cambia las reglas del juego! Según el Nuevo Testamento, el sueño de San José es la oración. En el cielo, San José ya no duerme, por supuesto, pero en la eternidad sí “descansa en el Señor.” ¿No es lo que se denomina “descanso eterno” después de la vida?

En tiempos recientes, se ha desarrollado en la Iglesia una devoción popular a San José bajo el título de “José dormido” que consiste en obtener una estatua representativa de San José dormido pidiéndole su intercesión para una intención en particular, escribiendo la intención en un pedazo de papel y poniéndolo bajo la imagen de San José dormido. Al hacerlo, la persona le está pidiendo a San José llevar su intención a Dios. La devoción a San José dormido es una maravillosa forma de mantenerse conectado con tu padre espiritual y pedirle que ruegue (dormido) por tus intenciones.

El poeta francés Charles Péguy escribió acerca de la importancia del sueño en un increíble poema intitulado The Portal of the Mystery of Hope (El pórtico del misterio de la segunda virtud). El poema está escrito desde la perspectiva de Dios y tiene el propósito de recordar al hombre moderno que Dios se deleita en sus hijos cuando duermen. He aquí un extracto:

Sólo dormir. ¿Por qué la gente no hace uso de ello? Le he dado este secreto a todos, dice Dios. No lo he vendido.
El que duerme bien, vive bien. El que duerme, reza.
El que trabaja, también ora, pero hay tiempo para todo, tanto para dormir como para el trabajo.
El trabajo y el sueño son como dos hermanos, y se llevan muy bien juntos.
Y el sueño lleva al trabajo, así como el trabajo lleva al sueño.
El que trabaja bien duerme bien, el que duerme bien trabaja bien.

Y sin embargo, me dicen que hay hombres que no duermen.
No me gusta el hombre que no duerme, dice Dios.
El sueño es amigo del hombre.
El sueño es amigo de Dios.
El sueño podría ser mi creación más bella.
Y yo también descansé el séptimo día.
Aquel cuyo corazón es puro, duerme, y el que duerme tiene un corazón puro.
Este es el gran secreto para ser tan infatigable como un niño.

Sí, me dicen que hay hombres que trabajan bien y duermen poco, que no duermen.

Qué falta de confianza en mí. Estoy hablando de aquellos que trabajan y que no duermen.
Me compadezco de ellos. Estoy hablando de aquellos que trabajan y que, al hacer esto, siguen mi mandamiento, pobres hijos.
Y quien, por otro lado, no tiene el valor, no tiene confianza para dormir.
Me compadezco de ellos. Se los echo en cara, un poco. No confían en mí.
Como un niño se recuesta inocentemente en los brazos de su madre, así ellos no se recuestan inocentemente en los brazos de mi Providencia.

Tienen el coraje de trabajar. No tienen el coraje de no hacer nada.
Poseen la virtud del trabajo. No poseen la virtud de no hacer nada.
De relajarse, de descansar, de dormir.
Gente infeliz, no saben lo que es bueno.

— Charles Péguy

El sueño de San José puede enseñarle al hombre moderno importantes lecciones de vida. Una de las lecciones más importantes que nos enseña es que es bueno descansar. Ser adicto al trabajo nunca será algo bueno. San José no era adicto al trabajo; le gustaba dormir porque el sueño refrescaba su alma. Dios se comunicaba con San José cuando él dormía, y era un esposo y padre más santo gracias a ello.

Cuando descansas no estás perdiendo el tiempo. El sueño es agradable a Dios. Dios te hablará y refrescará tu alma cuando duermas.

De ser posible, adquiere una imagen de bulto o estatuilla de “San José dormido”. Escribe tus intenciones y déjalas al cuidado de San José. Deja que él le hable a Dios de ti.

Oh San José, eres un hombre altamente favorecido por el Altísimo. El ángel del Señor se te apareció en sueños mientras dormías, para prevenirte y guiarte mientras cuidabas a la Sagrada Familia. Eras a un tiempo silencioso y fuerte, un protector leal y valiente. Querido San José, ya que descansas en el Señor, confiado de su absoluto poder y bondad, mírame. Te pido que pongas mi necesidad en tu corazón, sueña con ella y preséntala a tu Hijo. Ayúdame, oh buen San José, a escuchar la voz de Dios, ayúdame a levantarme y actuar con amor. Alabo y le doy gracias a Dios con alegría. San José, te amo. Amén.

Oración

LETANÍA DE SAN JOSÉ

  • Señor, ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros
  • Cristo, ten piedad de nosotros, Cristo, ten piedad de nosotros
  • Señor, ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros
  • Cristo, óyenos, Cristo, óyenos
  • Cristo, escúchanos, Cristo, escúchanos
  • Dios, Padre celestial, Ten misericordia de nosotros
  • Dios Hijo, Redentor del mundo, Ten misericordia de nosotros
  • Dios Espíritu Santo, Ten misericordia de nosotros
  • Santísima Trinidad, un solo Dios, Ten misericordia de nosotros
  • Santa María, Ruega por nosotros
  • San José, Ruega por nosotros
  • Noble Retoño de David, Ruega por nosotros
  • Luz de los Patriarcas, Ruega por nosotros
  • Esposo de la Madre de Dios, Ruega por nosotros
  • Casto Guardián de la Virgen, Ruega por nosotros
  • Padre Nutricio del Hijo de Dios, Ruega por nosotros
  • Ferviente Defensor de Cristo, Ruega por nosotros
  • Jefe de la Sagrada Familia, Ruega por nosotros
  • José Justísimo, Ruega por nosotros
  • José Castísimo, Ruega por nosotros
  • José Prudentísimo, Ruega por nosotros
  • José Valientísimo, Ruega por nosotros
  • José Obedientísimo, Ruega por nosotros
  • José Fidelísimo, Ruega por nosotros
  • Espejo de Paciencia, Ruega por nosotros
  • Amante de la Pobreza, Ruega por nosotros
  • Modelo de los Obreros, Ruega por nosotros
  • Gloria de la Vida Doméstica, Ruega por nosotros
  • Guardián de las Vírgenes, Ruega por nosotros
  • Pilar de las Familias, Ruega por nosotros
  • Consuelo de los Afligidos, Ruega por nosotros
  • Esperanza de los Enfermos, Ruega por nosotros
  • Patrono de los Moribundos, Ruega por nosotros
  • Terror de los Demonios, Ruega por nosotros
  • Protector de la Santa Iglesia, Ruega por nosotros

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Perdónanos, Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Escúchanos, Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Ten piedad de nosotros.

Lo hizo Señor de su Casa, y administrador de todas sus posesiones

Oremos: Oh Dios, que en tu amorosa providencia elegiste a San José para ser esposo de tu santísima Madre, concédenos la gracia de tener como nuestro intercesor en el cielo a aquél que veneramos en la tierra como nuestro protector. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

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3 comentarios en “Día 20 José Obedientísimo”

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